La salsa de soja ya ha conquistado medio mundo, y es que existen tantas posibilidades que es imposible que no la hayas probado.
Portada de Salsa de Soja Semillas
Empecemos con tiempos atrás. Esta salsa es originaria de China, hace unos 2500 años, a causa del budismo y la difusión del vegetarianismo. Realmente se creó como alternativa a los condimentos para la carne. ¿Quieres saber como se hizo la primera salsa de soja llamada jiang? Pues a partir de la fermentación de los granos de la soja y de trigo tostados, que formaba una pasta salada de granos de soja y trigo fermentados, junto con agua.
Este invento culinario triunfó tanto que hoy por hoy es un ingrediente central en las diferentes cocinas asiáticas: Corea, Birmania, Vietnam, Filipinas y Hawai tienen sus propias versiones. En China suele diferenciarse entre las fermentadas y las mezcladas con otros ingredientes. En Indonesia le llaman kecap y puede ser dulce o salado. Mientras, en Japón hay más de 10, pero aquí van algunas de ellas:
– Saishikomi: Con doble fermentación que provoca ser espesa y fuerte. Es la más utilizada para el sushi y sashimi.
– Koikuchi: La más popular y la que se usa prácticamente para todo. De color oscuro y sabor fuerte.
– Tamari: Ideal para celíacos porque se produce con poco trigo. De sabor intenso y color oscuro.
– Usukuchi: La más clara, fluida y salada, por lo que se usa con pescados, verduras o sopas.
– Shiro: Sirve para lo mismo que la usukuchi pero esta, sin embargo, es muy dulce.
– Gen’en: Más baja en sal que el resto.
Hablando de los beneficios de la salsa de soja, podemos concluir varias cosas. Contiene una gran variedad de nutrientes: proteínas y fibra (beneficiosos para nuestro organismo), aminoácidos esenciales y lecitina (ayuda a la regeneración celular entre otras virtudes).
Esta salsa nos permite llevar una vida más saludable, ¿por qué? Varios estudios han demostrado que los derivados de la soja pueden llegar a disminuir los síntomas de la menopausia, mejorar los síntomas de la artritis, mejorar el rendimiento deportivo, ayuda a bajar el peso (baja en calorías) y reducir los niveles de colesterol y de lipoproteína de baja densidad (el conocido colesterol malo). Y por si todo esto fuese poco, también ayuda a reducir el riesgo de enfermedades del corazón, a la retención de calcio en los huesos. Como contiene un gran número de antioxidantes, también contribuye a reducir el daño en las células.
Además, en cuanto a la cocina, sirve para muchas preparaciones. En muchas ocasiones se puede sustituir por la sal por su alto contenido en sodio. Aunque si le echas sal a tus platos, no le eches salsa de soja y viceversa.
Para empezar, se puede probar con algo básico, como complementar el sushi. O si lo prefieres, atrévete acompañado a los diferentes arroces, o para aliñar las ensaladas, adobar carnes y pescados y así realzar su sabor, en las sopas o bien para marinar